Quiero decirte que más importante que definir mi llamado, que ha sido muy controversial, es mi experiencia con Jesús lo que deseo destacar.
Posiblemente te estés preguntando cuál es tu llamamiento y por eso creo que siempre hay una vez en que hay una voz que viene a hacerte creer que tú no eres lo que Dios dice que eres.
Desde que me convertí al Evangelio y decidí seguir a Cristo, fue un llamado. Desde que tú te convertiste a Cristo y decidiste seguirlo, Él te llamó. Un llamado y experiencia sobrenatural, es lo que yo te quiero explicar desde el comienzo con detalle, en lo que estaré publicando mi próximo libro, hablaré con detalle acerca de esta experiencia que aquí, de modo resumido, quiero publicar.
Conocí a Jesús, vi sus ojos y rostro transfigurado en el rostro de mi hermano Manuel, quien con tan solo una vez que me habló de Cristo, bastó para que yo cayese rendida a sus pies.
Y desde ese momento me enamoré de su santa persona. Inicié conociéndole de modo sobrenatural, porque antes de ese maravilloso encuentro también conocí el lado opuesto.
Literalmente fui rescatada de las tinieblas, fui una sacerdotisa de la Nueva Era atrapada en un mundo de engaño disfrazado de luz.
Renuncié a un hombre diez años menor que yo por seguir a Cristo e inmediatamente fui llena y bautizada por el Espíritu Santo y recibí dones de profecía, lenguas e interpretación de lenguas. Ese mismo día fue una descarga, como una ráfaga de fuego del Espíritu Santo. Y esto es porque renuncié a algo que me hacía caer, algo que era desagradable delante de Dios.
Y como recompensa, inmediatamente fui bautizada y llena del Espíritu Santo. Esos dones maravillosos cambiaron mi relación con Cristo.
Inicié entonces, fluyendo en la esfera profética.
Luego fui maestra de niños en una iglesia local donde fui discipulada, mantuve un servicio y muy pronto comencé a predicar. Esto es en menos de un año.
A los seis meses yo ya había tenido esa experiencia con el Espíritu Santo y también a los seis o siete meses yo comencé a predicar incluso fuera de la iglesia.
Mi primera experiencia de predicación fue en un evento de jóvenes en la playa de una iglesia vecina a la iglesia de donde yo me congregaba. Después comencé a predicar en el ministerio de mujeres y salía a predicar a otras iglesias dentro de El Salvador y en países vecinos, como en Guatemala.
A los cinco años de servicio continuo, porque no me detuve, fui llamada por Dios al Ministerio de Sanidad y de Liberación, comenzando a visitar hospitales y enfermos en diferentes lugares.
Aunque en la iglesia local le pusieron el nombre de Ministerio de Hospitales, realmente era Ministerio de Sanidad y de Liberación, porque hospitales lo recluye únicamente al hospital y pues yo iba a diferentes lugares donde siempre estaba acompañada de las manifestaciones del poder del Espíritu Santo en sanidades de diferente tipo y milagros como uno muy especial que recuerdo y que fue la multiplicación de los alimentos, tuve esa experiencia de ver una multiplicación sobrenatural, no natural, sino sobrenatural de los alimentos.
Dios nos dio una especialidad en la sanidades, esto es como algo que Dios siempre hace, de cada diez personas nueve lo reciben y es la liberación del dolor de cualquier tipo, emocional o físico.
La recuperación del oído y el crecimiento o estiramiento de piernas y de pies. Esa es una especialidad de nuestro ministerio.
Todo lo que tiene que ver con dolores de articulaciones, de huesos o de músculos o de órganos, de cabeza, cualquier dolor el Señor lo quita al instante.
Recibí mi llamado a pastorear desde siempre, aún dentro de la iglesia local, pero fue activado hasta en el 2019 en Mita Asunción en el país de Guatemala, por medio de la evangelista y pastora Isabel Pleitez de la Iglesia Cuadrangular Todo para Cristo de Sylmar, California.
Desde allá fue esa conexión con ella y su equipo e inicié en una pequeña iglesia en mi país, cerca del lugar donde yo vivía. Justamente fue inaugurada por esta evangelista, quien vino a ungirme en enero de 2020. En marzo de ese mismo año, 14 de marzo lo recuerdo, las iglesias se cerraron y mi iglesia tuvo que ser cerrada, reabrimos y luego comencé a experimentar un desvanecimiento en la labor física de nuestro ministerio. No sabía qué hacer después de ese momento, mi pasión realmente no estaba en las redes. No me gustaba hacer videos, pero ahí recibí un llamamiento para predicar en las redes sociales donde me he mantenido hasta el día de hoy. Fue ahí donde Dios me puso de modo muy especial, comenzando en Facebook como "Ministerio Aliento de vida", por medio del cual hemos continuado hasta hoy predicando con poder del Espíritu Santo, sanando, salvando vidas, discipulando, restaurando, y levantando espigas caídas.
La Visión del ministerio Aliento de vida es enseñar al trigo a caminar a la mano derecha y a la mano izquierda, en lo natural y en lo sobrenatural, en lo material y en lo espiritual. Siempre guiados por el aliento, el Ruah del Espíritu Santo en todo lo que hace para alcanzar el nivel Platinum del cielo.
Esta visión fue dada a mi vida literalmente antes del llamamiento. El Señor me había mostrado esa visión de modo sobrenatural. Después de escalar por gradas de tierra con franjas de madera, las gradas se deshicieron y ya no había cómo seguir, hasta que en un abrir y cerrar de ojos estaba arriba, contemplando el trigo plateado que se mecía a la mano derecha y a la mano izquierda. Y al fondo de esa visión estaba el árbol de la vida.
Y esta es la visión del ministerio que Dios ha entregado, bajo mi mayordomía es enseñar a este trigo.
El trigo se movía por un soplo, el viento, y se movía a la derecha y a la izquierda y espejeaba. Pero no era trigo común, como normalmente se ve, con color oro, era trigo plateado.
Dios quiere el mejor nivel espiritual, que también es el mejor nivel en esta tierra. Eso corresponde a que el nivel mayor de caminar en justicia por la voz del Espíritu Santo y no por la voz del hombre, nos hace alcanzar el mayor y mejor desarrollo espiritual y también aquí en la tierra.
La misión de Aliento de vida es llevar este hálito a través de una palabra implantada, que es la que puede salvar nuestras almas y a las naciones. La misión es levantar al que está caído para que éste levante a otros: levantados para levantar. Es la misión de ir a las naciones llevando una simiente verdadera, la simiente de Cristo soplada por el Espíritu Santo.
Podemos levantar al quebrantado al sacar de prisión al que está en tinieblas, al que está encarcelado bajo prisiones de oscuridad. A los humildes de espíritu, y para fortalecer a los que se han debilitado de las rodillas y de sus manos cansadas.
La misión es enseñar a caminar de modo natural en lo sobrenatural. Nuestra misión es enseñar a la Iglesia que no está completa solo con la salvación. La palabra global de salvación incluye sanidad, liberación, restauración y que la sanidad es parte de su salvación. El Evangelio es nuestra misión, llevarlo a las naciones enseñando de forma completa el evangelio.Es la misión de aliento de vida, levantados para levantar a las naciones.
Cuando tú levantas a uno, dos más te levantan a ti.